EL AMOR NO EXISTE
Ver capítulo 1: Las apariencias engañan.
Capítulo 2: “Sexo sin final feliz”
Te miro, te miro y te vuelvo a mirar,
No pareces tú cuando estás conmigo,
Te quiero como amante, te quiero como amigo,
Pero cuando todo termina, y vuelve a empezar,
Yo te miro y te miro y te vuelvo a mirar.
Tu cuerpo y el mío creando una danza
Tu boca y mi boca viviendo el momento
Creando ilusiones y dando esperanza
Se yergue tu pelvis en un movimiento.
Te miro, te miro y te vuelvo a mirar,
Quisiera arrancarte de golpe tu ropa,
Me fumo un cigarro, me tomo una copa,
Pero cuando cierro los ojos y vuelvo a pensar
Yo te miro y te miro y te vuelvo a mirar.
Mis manos pintando mi cara excitada
Mi lengua profana tu velo interior
Mis dedos descubren tu flora acabada
Tus dientes me muerden con rico dolor
Te miro, te miro y te vuelvo a mirar,
No pareces tú cuando estás conmigo,
Te quiero como amante, te quiero como amigo,
Pero cuando todo termina, y vuelve a empezar,
Yo te miro y te miro y te vuelvo a mirar.
Tu cuerpo y el mío creando una danza
Tu boca y mi boca viviendo el momento
Creando ilusiones y dando esperanza
Se yergue tu pelvis en un movimiento.
Te miro, te miro y te vuelvo a mirar,
Quisiera arrancarte de golpe tu ropa,
Me fumo un cigarro, me tomo una copa,
Pero cuando cierro los ojos y vuelvo a pensar
Yo te miro y te miro y te vuelvo a mirar.
Mis manos pintando mi cara excitada
Mi lengua profana tu velo interior
Mis dedos descubren tu flora acabada
Tus dientes me muerden con rico dolor
Te miro, te miro y no quieres mirar,
Tus ojos alegan que ya no me toca,
Boto el cigarro, rompo la copa,
Pero cuando ya no hay remedio y hay que parar,
Yo te miro y te miro y te vuelvo a mirar.
Sandra: Te cogí- Le grita Sandra a su hermano entrando en su cuarto de sorpresa y dándole un buen susto. Andrew suspira profundo.
Andrew: Te he dicho mil veces que no entres así a mi cuarto y menos cuando estoy escribiendo- Le dice sobresaltado- ¿Y si llego a estar con alguien aquí?
Sandra: Hay hermanito si yo sabía que estarías solo, porque si no me hubieras dejado el sombrero en la puerta como acordamos. Aparte sino te gusta, ponle seguro a la puerta y punto.
Andrew: Ya esto es el colmo que yo tenga que encerrarme en mi propio cuarto.
Sandra: A ver déjame leer lo que escribías…- Le dice quitándole los apuntes de la mano– Ummm un poema y todo, yo voy a ver quién es la nueva musa!
Andrew: Cuando termine te lo enseño- Le dice quitándole los apuntes a su hermana- que aún no está terminado.
Sandra: Ok viejito resabioso. Yo venía para decirte de un nuevo caso, pero si no te interesa me voy- Dice dándole la espalda a Andrew y saliendo por la puerta despacio.
Andrew: No te hagas la graciosa y cuéntame- Dice soltando los apuntes y poniéndose de pie. La hermana se sonríe.
Andrew: Espero que este sea más interesante, porque ya hemos resuelto 10 casos y realmente todos han sido iguales, ya me estoy aburriendo.
Sandra: Bueno esta idea fue tuya, así que asúmela. Porque desde que saliste en televisión y resolviste aquel primer caso, la voz se ha corrido y todas las mujeres celosas de la Habana han escrito y llamado.
Andrew: El caso que tienes, es diferente?
Sandra: Parece ser que sí, es un hombre el que llamó esta vez y no es cubano, por su acento diría que es argentino.
Andrew: Suena interesante, aunque ya me imagino por donde va la cosa. Igual organiza una reunión y me dices hora y lugar.
Sandra: A su orden jefe!- Le dice en tono de burla- Y después me dices para quien era el poemita!- Grita saliendo de la habitación riéndose.
Dos días después…
La habitación está decorada como nunca; las velas pintan la sombra de dos siluetas desnudas en la pared y el aroma del incienso llega hasta el lugar más intrínseco de la habitación, la melodía de un clásico de los 80 viaja hasta la botella de sidra que reposa llorosa en el congelador.
Ella esta acostada completamente desnuda en la cama, su perfecta figura hace que su posición boca abajo excite al más excedente de los eclipses. Él, ansioso encima de ella, esparce crema con sus manos nerviosas por toda su espalda. Lentamente, haciendo alarde de sus habilidades con las manos, masajea suavemente el cuello, la espalda, las caderas…
En el presente…
Andrew se encuentra sentado en el lobby del Hotel Nacional, bebe un sorbo de café con leche comprobando la hora en su reloj. Se le acerca un hombre de mediana edad, bajito y delgado, lleva la vestimenta clásica de un turista en la habana, short, pulóver del Che Guevara y un sombrero de guano. Andrew se levanta a recibirlo.
Andrew: Me imagino que usted es Salva?
Salva: El mismo, encantado de conocerlo
Se saludan y se sientan. Salva le indica al camarero de la barra que le traiga un café solo con hielo.
Andrew: Antes que nada quisiera saber cómo supo de mí y de mi trabajo?
Salva: Su libro ha tenido mucha aceptación en mi país, su blog se lee mucho entre la juventud y mi hija fue la que me habló de usted.
Andrew: Usted es argentino?
Salva: No, soy uruguayo.
Andrew: Ahh disculpe, es que tiene el mismo acento de los argentinos.
Salva: Bueno realmente los porteños y los que viven en Montevideo hablan bastante parecido, pero igual hay diferencias.
Andrew: Bueno disculpe entonces, he leído que no les gusta que los confundan, pero para nosotros los cubanos que no estamos acostumbrados al turismo uruguayo es bastante difícil diferenciarlos.
Salva: No pasa nada, tengo una novia cubana así que estoy acostumbrado.
Andrew: Que me imagino que su novia sea el motivo por el cual estamos aquí…
Salva: Exactamente, pero antes que nada, leí que usted no cobraba por este servicio?
Andrew: Así es
Salva: Me resulta extraño, en mi país hay especies de detectives privados para este tipo de “situaciones”, pero cuestan bastante y no son muy confiables
Andrew: Tranquilo que conmigo tendrá total confidencialidad, aquí está el contrato- le entrega el contrato– solo le pido a mis clientes que en un futuro si me hace falta contar con ellos para un caso, que me ayuden.
Salva: Déjeme leer y rapidito le comento.
Andrew: Tómese su tiempo
El camarero interrumpe la conversación sirviéndole el café con hielo a Salva.
Le suena el teléfono a Andrew
Andrew: Me disculpa un momento que tengo que responder.
Andrew se levanta y responde la llamada de su hermana.
Andrew: Menos mal que me llamaste, necesito un favor tuyo.
Sandra: Te llamo porque hay una tal María que no deja de llamarte a la casa, dice que te llama a tu móvil y no lo coges.
Andrew: Olvídate de eso ahora, yo lo resuelvo. Te acuerdas del segundo caso que resolvimos que el cliente era un directivo alto en el Hotel Nacional?
Sandra: Si, me acuerdo
Andrew: Llámalo ahora mismo y dile que nos hace falta un favor de él, que te de toda la información que tenga sobre un uruguayo llamado Salva que se hospeda en el hotel- Dice susurrando y alejándose un poco del cliente.
Sandra: ¿Y él te dará esa información así sin más?
Andrew: Los clientes saben que nos deben ayudar cuando lo necesitemos, ellos firman un acuerdo, así que llama y me mandas lo que tengas por mensaje de texto lo más rápido posible.
Andrew cuelga el teléfono y se dirige nuevamente hacia la mesa del cliente. Se sientan y continúan la conversación.
15 minutos después…
Andrew: Resumiendo la historia; usted conoció por Facebook a Rachel, una cubana de 22 años, viajó a cuba hace tres meses a conocerla en persona, estuvieron juntos durante 15 días y todo estuvo perfecto. Ahora volvió para verla nuevamente pero nota algo extraño en ella y tiene miedo de que solo lo esté utilizando por ser extranjero.
Salva: La historia dicha así, es bastante resumida y sin matices pero efectivamente, es así. Yo realmente estoy enamorado de ella. Usted me ha demostrado ser muy profesional en su trabajo hasta ahora, me ha dejado algo impresionado con la información que ya sabe de mí, voy a confiar en su buen juicio y si me da buenas noticias pues yo me caso con ella y me la llevo a mi país.
Andrew: Yo soy de hablar muy directo, voy a estudiar el caso hoy mismo, pero usted está consciente de que es muy probable que este “amor” sea fruto del interés de ella por usted?
Salva: He escuchado muchas historias así y por eso quiero contratar sus servicios, aunque quiero creer que ella si me quiere de verdad.
Andrew: Perfecto, tendrá noticias mías en dos días.
Dos días después…
El masaje es incesante y el fogaje que desprenden los dos cuerpos no deja que se apaguen las velas. Él ahora le hace masajes en las manos; suavemente le introduce el dedo del medio entre los dedos de ella, sus manos sudorosas y la crema ayudan a que el deslizamiento de sus dedos entre los de ellas sea perfecto, él lo saca y lo introduce constantemente mientras que le suspira en el cuello suavemente. Ella, excitada a un nivel que desconocía, muerde la almohada con pasión…
Las velas, la cama, el incienso, la sidra e incluso la almohada, a la expectativa de los próximos minutos…
En el presente…
Andrew está sentado en la cafetería del “Yara” esperando a su hermana. Ella entra por la puerta y él le hace señas que se apure a sentarse.
Sandra: Cuál es tu misterio?
Andrew: Mira para la mesa de al lado de la puerta- Ella voltea la cabeza para mirar
Sandra: Un extranjero hablando con una cubana, que hay de extraño en eso?
Andrew: Mira bien…
Sandra: Hay sí, ese es el amigo mío actor que te recomendé. Ahora explícame que me tienes perdida!
Andrew: Estamos trabajando en el caso que te había comentado, hable con tu amigo el actor, lo disfrazamos y le dije que se hiciera pasar por español. Aparte es un tipo agradable, guapo, seguro ella cae rendida a sus pies. Guapo y extranjero, al seguro.
Sandra: Hablas como si todas las cubanas quisiéramos estar con un extranjero- Comenta Sandra molesta.
Andrew: No empieces por favor que yo no he dicho eso, solo que mira el porte y aspecto de esa muchacha, se nota de lejos que es una interesada, mira como le mira la boca.
Sandra: Es que me molesta que todos los hombres piensen que las cubanas somos fáciles y que por ser extranjeros vamos a estar con ellos. Y me molesta más cuando por mujeres como esa- dice señalando a la chica– nos catalogan a todas.
Andrew: Oye no te traje para que te pongas a discutir conmigo, trajiste la cámara?
Sandra: Si, aquí esta– dice sacándola de su bolso
Andrew: Es que es la única manera de llevarle evidencias al cliente, él no podía venir. Espero el beso y la cojo infraganti.
De pronto la chica de la mesa, Rachel, se levanta, se despide del supuesto extranjero y sale de la cafetería. Andrew contrariado se dirige hacia el actor.
Andrew: Que paso?
Actor: No lo sé, todo estaba bien hasta que le dije que la quería conocer mejor. Me dijo que tenía novio, se levantó y se fue.- Dice el actor aún con el falso acento español
Andrew: Que extraño, que extraño- dice pensativo.
Observa como la chica cruza la calle y se pone a esperar un taxi.
Andrew: El cubano tiene un gran defecto, lo habla todo…- Dice hablando solo y saliendo de la cafetería. Andrew se dispone a cruzar la calle en la misma dirección que Rachel cuando el semáforo peatonal le impide cruzar. La chica entra a un taxi que se detuvo, Andrew le grita al taxi desde la senda del frente y corriendo sin respetar el semáforo, cruza y logra alcanzar el “almendrón”.
Rachel: Mija que bolón, que haces por aquí?- Le dice Rachel a una chica que había dentro del taxi
Amiga: Niña nada viniendo de casa del jevito que quiero ver si hoy me le pierdo, jajaja- se ríen juntas
Rachel: Tú no cambias…
Amiga: Y tú cuéntame, como te va con el yuma?
Rachel: Ni me digas nada que acabo de conocer a un español que me dejó loca, cuerpo, tamaño, cara y lo mejor español.
Amiga: Niña que perfume tu usas?, préstame un poco…
Rachel: Si pero ni le di mi teléfono ni nada, no estoy para complicaciones…
Amiga: Y eso, por qué?
Rachel: Estoy enamorada de mi uruguayo…
Se hizo un silencio en el taxi. Las dos amigas se quedan mirándose mientras que el taxista las observa serio por el retrovisor. Se rompe el silencio con una carcajada de las amigas.
Rachel: Te lo creíste verdad?- Vuelve a reírse- Nada niña que de verdad no me puedo complicar con nadie, y si alguien me ve y se lo dice?, o el mismo me ve?, él está hospedado aquí cerquita no me puedo arriesgar, aparte ya lo tengo súper enganchado, y tengo la última carta en mis manos para lograr enredarlo completo.
Amiga: Cuéntame!
Rachel: Estoy embarazada de él, tengo tres meses ya.
Andrew: Chófer déjeme por aquí por favor- Le dice al taxista mientras que discretamente detiene la grabación de voz que hacía con el celular.
Dos días después…
La sidra vacía al pie de la cama intentaba mirar lo que sucedía a su alrededor, las velas gastadas y maltratadas por el fuego habían dejado ciegos a todos en la habitación, a todos excepto a esos dos cuerpos que estaban a punto de empezar a fundir sus deseos en una sublime cabalgata.
Claudia: No me habías dicho que tenías esas habilidades con las manos- Le susurra entre besos-
Andrew: No te he dicho muchas cosas aún…
Claudia: Tenias planeado todo esto, yo solo te llame para agradecerte lo que hiciste por mí y me enredaste- Dice terminando con un gemido de placer-
Andrew: Pues después te lo voy a explicar con detalles, ahora déjame seguir demostrando mis habilidades…
Sandra: Andrew, discúlpame que te moleste, pero tengo en la mano el teléfono con una mujer que dice que es urgente- Sandra tocando la puerta insistentemente. Andrew se queda en silencio tapándole la boca a Claudia para que no haga sonido alguno.
Andrew: Que paso Sandra?, lo que sea después que estoy ocupado.
Sandra: Discúlpame hermanito pero parece que es serio, dice que es María, la rubia que trabaja para ti, la misma que te ha estado llamando todos estos días, que dice que está en la policía, que te pongas al teléfono.
Andrew se levanta de la cama y coge la extensión que tiene en su cuarto.
Andrew: Ya Sandra cuelga, ya lo cogí
Andrew: Que pasó María?
María: Hace días que estoy tratando de no llegar a esto, pero no me respondías mis llamadas. Te cuento que el primer cliente que tuvimos, el que era jevito de tu hermana creo, me está acosando súper fuerte, y ya no puedo más, vine a ponerle una denuncia.
Andrew: Tan grave es?
María: Si no quieres que llegue tan lejos, ven ahora mismo a ver como tú resuelves este problema, porque desde aquel día en el bar, no me deja en paz y hasta me amenazó.
Andrew: Tranquila, no hagas nada, en una hora nos vemos donde siempre y ahí lo resolvemos, ok?
María: Solo por la confianza que te tengo, ok
Los dos cuelgan el teléfono. Sandra que ha estado oyendo toda la conversación se queda estupefacta sentada en el piso de la sala.
Tercer Capítulo: «Cuando algo es gratis, el precio eres tú»
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